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Estrategias Fatales
Contributor(s): Perozo Cervantes, Luis (Editor), Perozo Cervantes, Luis (Author)
ISBN: 1797502670     ISBN-13: 9781797502670
Publisher: Independently Published
OUR PRICE:   $17.10  
Product Type: Paperback
Language: Spanish
Published: May 2019
Qty:
Additional Information
BISAC Categories:
- Poetry | Caribbean & Latin American
Physical Information: 0.16" H x 6" W x 9" (0.24 lbs) 66 pages
Themes:
- Cultural Region - Caribbean & West Indies
- Cultural Region - Latin America
 
Descriptions, Reviews, Etc.
Publisher Description:
El yo po tico de Perozo Cervantes est instalado en su emergencia vital. Unida a quien est a su lado como una presencia insistente. Un yo que se revisa, se reclama y reclama, que es cuerpo y palabra. Significado devenido en angustia pero tambi n en el reposo que podr a albergar el deseo. Su voz confirma que nombra para ser nombrado y para ser deseado, amado o sacudido por la queja cotidiana. Desde su intimidad refleja el poema, lo advierte siempre sin ning n tipo de adorno que precipite descuido. Es un poeta de una mirada nerviosa, card aca, tensional. Y busca estar en el cuerpo del otro que lo asiente. El amor, esa vibraci n arbitraria, es el n cleo de su decir y porf a po tica. Debo confesar que no soy muy dado a consumir poemas de amor. Creo en los poemas amorosos, que son todos: los que contienen sombras, luces, angustias, pasiones desbocadas, dolores, muerte, etc. En alg n otro lugar he expresado que le temo a los poemas de amor.En estos de Luis Perozo Cervantes hay otro tipo de amor: el cuerpo aspira a ser amado o rechazado, olvidado, consustanciado con la lejan a o con el deseo. Algunos se me aproximan para expresar: "Debes estar en la boca / es tu lugar de nacimiento// toda la necesidad acumulada/ un puente, que comunica mi sed// es la boca lo posible/ en ella, transformas el clima de lo amado".Este texto pertenece a "Estrategias fatales", volumen cuyos poemas aparecen desde el n mero 50 al n mero uno. Poemas contados al rev s para descontar el tiempo agregado a su sometimiento, a la "necesidad" de ser ese, el que ama, el que est en el amor y tiene cuerpo en la mujer que lo sostiene, que lo atiende y lo suma a su verbo diario.2.-He tomado en pr stamos algunos poemas del primer libro para atar los cabos de este nervio po tico del inquieto poeta zuliano. Y me llega a ste otro: "Esto que nos sobra, podr allamarse adi spara ponerle nombreno hay muchas opcionesEsto que nos quedaapenas un ensayo de coraz n".Me concentro en los textos alejados de lo que podr a llamar poemas de amor. Repito, me inclino por los poemas amorosos. Poemas de Silva Estrada, Montejo, Cadenas, Pantin, Nicanor Parra, Juarroz, Salvador Tenreiro, N stor Mendoza, Jacqueline Goldberg, Jos Pulido, Antonio Colinas, Borges, Ida Vitale, Valera Mora, Harry Almela, Adalber Salas Hern ndez...poemas todos, todos los poemas son amorosos, desde los m s cr pticos o cerebrales hasta los m s abiertos o edulcorados son poemas amorosos. Se puede escribir con mucha ira y en su radio verbal hay "un" amor, el de la escritura, v rtebra de los autores mencionados, como en otros que tambi n forman parte de mis gustos. Poemas o textos er ticos o abiertamente sexuales, como los de Ana s Nin o Erica Jong; suicidas como los de Ann Sexton, Alfonsina Storni o Miy Vestrini, son poemas amorosos. Un poema de amor basado en el deseo podr a corromperse si el "discurso" es inapropiado. Por esa raz n los de Sabines se han convertido en sanaci n y festividad. Que no los de Neruda, empalagosos. Por qu alguien se suicida o deja de amar? Me atrevo a afirmar que ocurre por convicci n amorosa. Se odia porque se ha amado o se ama. Pero eso es tema para otra oportunidad, para otro momento. La escritura es un pacto del poeta con la pasi n. Es un pacto amoroso con el idioma, con la poes a.Mientras tanto, Luis Perozo canta: "Este miedo/ de no esperarte/ para que llegues/ Si te haces un nime, si te/ haces ex nime/ si no te haces nada, / s lo miedo, / s lo sombra".Aqu la poes a deslumbra desde la soledad, desde la ausencia, la distancia entre un sujeto y otro. El juego entre "un nime" y "ex nime" ampl a las posibilidades del lector. Dos significados cuyos significantes ambulan por la imaginaci n de quien aborda estos versos. Alberto Hern ndez